TE MENTÍ, TE AMO.
TE MENTÍ, TE AMO.
Leandro la forzó a inclinar su barbilla y encontrarse con la exasperación y la lujuria que crepitaba en su rostro. Su cuerpo dio un escalofrío de anhelo y podía sentir la sensibilidad palpitando entre sus piernas.
Él estaba de repente sobre ella. Su boca atacó con violencia contra la de ella mientras la levantaba y la dejaba caer sin contemplaciones en la cama. Las sábanas fueron arrancadas, dejándola desnuda y vulnerable ante el lobo. Irene apenas pudo respirar cuando él le separó los muslos y los llenó con sus caderas.
—¡Dime que me detenga! —le gruñó.
Dolida por la fuerza de su necesidad, de él, Irene le enrolló las piernas alrededor de las costillas y le trabó los tobillos en la espalda.
—No. —Se lamió los labios—No, no quiero que te detengas.
―¿Estás segura? ―le pregunto mirándola a los ojos ―Porque no estoy dispuesto a dejarte ir nunca más, Irene.
Ella acarició su rostro y se inclinó un poco para besarlo.
―Entonces no lo hagas… ―susurro ―… también m