ERES MIA +18
Leandro se apoderó de su boca en un beso violento y hambriento. Sus dedos se cerraron en su cabello, arrastrando su cabeza hacia atrás mientras la consumía. Su cuerpo se pegó al de ella, presionando su polla, volviéndose más dura a cada segundo.
Rompió el beso cuando el doloroso gemido de Irene zumbo entre ellos. Empezó a retroceder, pero Irene lo agarró y tiró de él.
―¡No te detengas! ―exigió, trayendo su boca de vuelta a la de ella.
Un gruñido vibró contra sus labios hinchados, Leandro acunó sus nalgas y sin previo aviso la alzó, Irene rodeó su cuello y su cintura en un reflejo condicionado, y sin romper el beso, el alfa subió a la habitación.
Cuando llegó a la habitación, la bajó lentamente y sin querer demorarse un segundo más, comenzó a desvestirla. En un santiamén Irene estuvo desnuda ante él, sus ojos miraron con avidez cada parte de ella, sintiéndola suya, teniendo la necesidad de marcarla por todas partes.
―Leandro… ―ella gimió presa de sus necesidades.
Per