EMBOSCADA.
EMBOSCADA.
―¿Estás lista? ―Leila preguntó con las tres pruebas de embarazo en su mano.
―Sí. Dámelas.
Aylin extendió su mano y tomó las tres cajas que a Leila le había costado conseguir, no solo por el hecho de que no quería que nadie lo supiera, sino que también era muy difícil conseguir este tipo de pruebas en su mundo. Afortunadamente, las sanadoras tenían unas cuantas entre sus medicamentos. Era la manera más rápida de saber cuándo una loba estaba embarazada.
Aylin entró al baño y tomó una de las pruebas e hizo el procedimiento y espero ansiosa. Su corazón se sobresaltó cuando vio las dos rayas oscureciéndose cada vez más.
Trago grueso y abrió la siguiente prueba y repitió el procedimiento. Había una mezcla de emociones dentro de ella, por una parte, se sentía feliz, pero la otra, sabía que era el momento menos indicado para traer un bebe.
La tercera prueba arrojó el mismo resultado.
«Tres no puedes estar equivocadas, ¿verdad?», se dijo.
―¿Estás bien Aylin? ―pregunto Leila,