C78-TÚ TE QUEDAS.
C78-TÚ TE QUEDAS.
En la ciudad, la lluvia golpeaba el parabrisas y James estaba quieto en el asiento trasero con una expresión de furia contenida, fría, pero lista para romperse en cualquier momento.
Frente a él, Luisa esperaba, pero parecía lista para correr o desmayarse.
Tal vez ambas.
—Toma —James le entregó un dispositivo pequeño, negro, del tamaño de un encendedor, era un rastreador—. Esto me dirá dónde estarán, pero escucha bien: nadie debe saber que lo tienes.
Luisa lo sostuvo entre los dedos como si quemara.
—S-sí… —su voz tembló—. ¿Y luego?
James clavó los ojos en ella, fríos como acero recién forjado.
—Voy a esperar a que se muevan y cuando lo hagan, los emboscaré.
Luisa tragó saliva.
—¿Y si… si me matan?
—No lo harán —respondió sin titubear—. Al menos no en esta ciudad. Tú solo actúa como si confiaras en ellos. Yo haré el resto y cuando todo termine, te enviaré a ti y a tu familia a Costa Rica. Nadie los tocará allá.
La esperanza le iluminó el rostro, aunque el