C7-¿SU NOVIA?
Esa mañana, Kate se vistió con precisión milimétrica.
Eligió un vestido ejecutivo rojo, entallado, que marcaba su figura. El escote era discreto, pero lo justo para imponer, su cabello rubio, iba recogido en un moño alto y elegante y los labios, rojos como el vestido, eran una promesa de poder.
Kate no era sensualidad barata, era poder real.
Cuando bajó del auto, en el estacionamiento del edificio donde estaba su bufete, el vigilante le sonrió con respeto.
—Buenos días, señora Langley.
—Buenos días, Tom —respondió con su habitual seguridad, devolviéndole una sonrisa.
Subió y apenas llegó al vestíbulo, los abogados y asistentes ya hablaban de su victoria más reciente.
—¡Langley! Increíble lo de ayer, ¿eh? Le diste una paliza a Reid.
—No dejas de sorprender, Kate.
Ella solo sonreía, agradecía, y avanzaba. Hasta que Eva, su secretaria, la interceptó con tablet en mano y una sonrisa brillante.
—Tu agenda, jefa. A las diez tienes reunión con los de Straton Banking. A las once