C69-BAJO LA TORMENTA.
C69-BAJO LA TORMENTA.
UNOS MESES DESPUÉS...
La tormenta rugía afuera y Sara apretaba el brazo de Masón con fuerza.
—¡Masón, el bebé viene! ¡No puedo esperar más! —jadeó, doblándose con una contracción brutal.
Él, el hombre que no temía a nadie, conducía lleno de nervios.
—Está bien cariño, respira. Vamos al hospital.
Sara lo fulminó con los ojos.
—¡Respirar no va a ayudar, Masón! ¡Me duele!
Siguió conduciendo y cada bache era un suplicio, y cada queja de ella lo hacía fruncir el ceño como si estuviera recibiendo golpes.
—Lo siento —murmuraba una y otra vez—. Malditos baches.
En el hospital, el caos continuó. Sara fue llevada en una camilla pero parecía una general en medio de la guerra.
—¡No me sueltes! ¡Pero no me toques! ¡Me duele todo!
Masón tenía los nudillos blancos de tanto apretarle la mano.
—Estoy aquí, cariño. No voy a irme.
—¡Claro que no te vas! —gritó entre dientes—. ¡Si me abandonas ahora, te busco y te mato!
Él sonrió acostumbrado a amenazas de otro calibre,