C68-¡MI MAMÁ Y MI PAPÁ SE CASARON!
La puerta volvió a abrirse y, esta vez, apareció ella.
Ingrid Klein.
Su porte seguía siendo impecable, con el cabello perfectamente recogido, pero su rostro... ya no era el de una mujer altiva. Había algo distinto: cansancio, arrepentimiento y humanidad.
—Adler...
Él se quedó de pie, sin saber si debía acercarse, ya que la última vez que hablaron, ella había dejado claro que no aceptaría a Gianna, y él cumplió su palabra: si tenía que elegir, elegiría su felicidad.
—¿Qué haces aquí, mamá?
Ingrid avanzó despacio, luchando por darle un abrazo a su hijo.
—Vine porque necesitaba verte. Porque he sido una madre horrible, Adler. He dicho cosas que nunca debí decir, he actuado como si supiera lo que era mejor para ti, pero en realidad… solo te lastimé.
Él permaneció inmóvil, con la mirada fija en ella, pero no habló. Ingrid respiró hondo, buscando el valor que nunca antes había tenido.
—Me equivoqué al juzgarla y también al juzgar tus decisiones… No entendí