C66-COMENZAR DE NUEVO.

Adler abrió la puerta de la villa contigua sin soltarla y Gianna aún no podía creer que él hubiese planeado todo. El interior estaba iluminado solo por velas, el murmullo del mar se colaba por los ventanales abiertos y la brisa movía las cortinas como un susurro.

Todo era perfecto para una noche de enamorados.

Adler la dejo con cuidado sobre la cama y se quedó mirándola en silencio, como si quisiera grabarla en su memoria. Ella lo miró también, sin decir nada, con los ojos húmedos y el corazón acelerado.

—No tienes que tener miedo —murmuró él, bajando la voz—. Esta vez no voy a dejarte sola, Gianna.

Ella tragó saliva, conmovida, y asintió.

—No tengo miedo de ti —susurró—. Tengo miedo de sentir tanto.

Adler sonrió y su mirada se volvió más intensa.

—Entonces deja que yo sienta por los dos.

Se inclinó sobre ella y la besó despacio, con una ternura que se volvió fuego en cuestión de segundos, sus manos recorrieron su piel con cuidado, como si la estuviera redescubr