C6-SERVIRÁS AL SEÑOR DEVERAUX
Gianna se removió entre las sábanas, incómoda, buscando esa dureza a la que su cuerpo ya estaba acostumbrado. Pero no era lo mismo. El colchón no era húmedo ni áspero, y la habitación no olía a encierro. Sus ojos se abrieron de golpe y el miedo la atravesó: no estaba en el lugar de siempre. No había gritos ni agua fría cayendo sobre su rostro y no había una Veruska la que la obligaba a levantarse.
La confusión la sacudió hasta que, de golpe, los recuerdos de la noche anterior regresaron.
El salón, Delacroix, la desesperación… y Adler.
El hombre frío que la había rechazado, pero que al final la había arrebatado de las manos de ese monstruo. Giró hacia el costado de la cama, esperando encontrarlo, pero no había nadie y el vacío en su pecho se hizo insoportable.
Una parte de ella lo había esperado encontrarlo a su lado, como si su sola presencia pudiera darle seguridad, pero se había ido, se sintió mal, sola de nuevo, como si todo hubiera sido un espejism