C57-NO SABEN DE LO QUE SOY CAPAZ.
C57-NO SABEN DE LO QUE SOY CAPAZ.
El teléfono móvil pesaba entre las manos de Priscilla, el pensamiento de escuchar la voz de Kenyi le daba fuerzas, estaba decidida: se iría con él.
Sin embargo, antes de que pudiera marcar, la puerta se abrió y entró Inés, su madre, como una tormenta vestida de seda. Su perfume caro llenó la habitación, pero su mirada helada borró cualquier rastro de elegancia. Se detuvo frente a ella con la barbilla en alto, evaluándola como si fuera un error imperdonable.
—Margaret me lo ha contado todo —espetó con voz dura.
Priscila tragó saliva, sintiendo el frío recorrer su espalda.
—¿De qué hablas? —preguntó, aunque ya sabía la respuesta.
—¡De que te revolcaste con ese pobre! —gritó Inés antes de hundirle los dedos en el cabello y tirar de ella con violencia.—¡Eres una verguenza, Priscilla! ¡Una zorra barata!
Priscila gritó de dolor, pero forcejeó desesperadamente y, en un movimiento brusco, se soltó, dejando mechones rubios entre los dedos de su madre.
—¡Sí! —e