C30- ¿EL PODRIA SER TU NOVIO?
La habitación estaba en penumbra, iluminada solo por la cálida luz de la lámpara de dragón junto a la cama. La colcha blanca cubría a Kate y a Oliver, quienes estaban acostados y abrazados el uno al otro. Kate le acariciaba el cabello con movimientos suaves y repetitivos, sintiendo cómo poco a poco el cuerpecito de su hijo iba relajándose. Aún tenía el corazón algo acelerado, como si no pudiera sacudirse del todo el miedo que había sentido horas atrás.
—¿Me prometes algo, mi amor? —susurró.
Oliver alzó la cabeza, mirándola con esos ojos grandes que aún brillaban húmedos por las lágrimas del día.
—¿Qué?
—Que no vas a escaparte nunca más del colegio. Ni de ningún otro lugar. Me asustaste mucho, Oli… muchísimo.
El niño se mordió el labio y bajó la mirada.
—Perdón, mami…
Kate lo tomó del mentón y lo hizo mirarla otra vez.
—No estoy enojada, solo necesito que me prometas que no lo vas a volver a hacer.
El niño asintió y la abrazó con más fuerza.
—Lo prometo.
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