C3-TE QUEDARÁS CONMIGO.
C3-TE QUEDARÁS CONMIGO.
Santiago se acercó a su padre sin apartar la mirada de Katerina, quien apenas respiraba, todavía en shock, con el cuerpo de Leo a unos metros, inerte.
—Llévensela —ordenó Santiago—. La quiero en el avión en veinte minutos.
Katerina intentó hablar, pero la garganta no le respondió. Dos hombres la sujetaron por los brazos y la arrastraron fuera del salón mientras su mente se llenaba del eco del disparo; solo alcanzó a mirar una última vez el piso manchado de rojo antes de que la puerta se cerrara detrás de ella.
Horas después, el suelo vibraba con un zumbido constante y el aire olía a perfume caro y cuero. No entendió de inmediato dónde estaba hasta que oyó el rugido de los motores: estaba en un avión.
La habitación en la que se encontraba era un compartimento privado, más lujoso que cualquier suite en la que hubiera dormido. A su alrededor, tres mujeres trabajaban sin mirarla, sin decir palabra. Una la bañó con movimientos mecánicos, otra le depiló las piernas m