C23-INCENDIO SIN CONTROL.

Gianna había salido al jardín buscando aire. La humillación de Claudia todavía ardía en su pecho y necesitaba apartarse de la multitud, recomponerse. Apoyó las manos en la baranda, intentando controlar su respiración, cuando una voz rasposa y cargada de ironía la paralizó.

—Nuestro club extraña a su joya más preciada, ptichka... (pajarito) pero decidiste escapar de tu jaula.

Su cuerpo entero se tensó y giró lentamente y allí estaba él. Viktor Petrova. Su mirada helada y voraz la recorrió sin pudor, y cada paso que dio hacia ella fue como una sentencia, el aroma amaderado de su perfume la envolvió antes de que pudiera reaccionar.

—Debo reconocer que fuiste muy audaz —dijo, sonriendo como un depredador—. Aunque... la próxima vez, procura que no sea un empresario tan fácil de reconocer. Los amigos a veces... cantan cuando sienten dolor. Bueno, Deveraux habló después de que le cortaran una mano.

Los ojos de Gianna se abrieron con terror y su estómago se hundió. A