C10-¿PUEDO VERLO?
James sostuvo la puerta abierta con una expresión que apenas podía llamarse cortesía y Kate pasó delante de él sin mirarlo. Cuando entró, vio a Katerina sentada en la cama; tenía la mirada perdida, pero los dedos inquietos sobre la sábana, y cuando sus ojos se levantaron, no hubo reconocimiento.
—¿Piensas quedarte ahí parado? —soltó Kate, volviéndose hacia James—. Hubiera sido bueno que me avisaras. Pero claro, ¿por qué hacerlo? Tu especialidad es hacer tu santa voluntad.
Él ni se inmutó; en cambio, se ajustó los lentes.
—Tranquila, tampoco me entusiasma verte y, para tu información, yo también me enteré por el hospital. Además, no soy tu puto secretario.
Kate bufó, molesta.
—Eres un imbécil. Lárgate, quiero verla sola.
James arqueó una ceja y el sarcasmo le curvó los labios.
—¿Sola? Pues... será como hablar con una pared si quieres. En mi opinión, pierdes el tiempo.
Kate se detuvo en seco con el ceño fruncido.
—¿Qué demonios dices ahora?
James miró hacia la cama, do