C10-SI EL BEBÉ ES MÍO... TU TAMBIÉN LO ERES.
C10-SI EL BEBÉ ES MÍO... TU TAMBIÉN LO ERES.
Sara se puso de pie al escuchar voces en la puerta, todavía con una sonrisa en los labios por la ocurrencia de Kenyi. Caminó con pasos tranquilos hasta que la figura frente a su primo se volvió nítida y entonces el aire se le atoró en la garganta.
Allí, después de tantos años, estaba Mason.
Más alto, más imponente, su rostro ahora marcado por una madurez que lo hacía aún más atractivo, y el cabello más corto, perfectamente ordenado. Sus ojos la atraparon de inmediato, oscuros y profundos, cargados de algo que ella no quiso nombrar, pero que hizo que su corazón golpeara fuerte en su pecho. Al instante la invadió un torbellino de recuerdos y sentimientos que la hizo temblar, pero aun así, se obligó a mantener la compostura.
Mason también la observó con detenimiento.
Y no pudo evitar recorrer cada facción, notando que los años no le habían arrebatado nada, al contrario, la habían hecho más hermosa. Su piel, su mirada, la forma en que se tensab