Capítulo 60 —Lo lograste
Narrador:
Massimo condujo hasta el apartamento de Nadia en completo silencio. El ambiente dentro del coche era espeso, cargado de tensión. Ella no había dicho ni una palabra desde que había colgado la llamada con su abuela. Tampoco lo miró ni una sola vez.
Cuando finalmente detuvo el auto frente al edificio, Nadia desabrochó el cinturón y salió sin siquiera despedirse. Ni una mirada, ni un “gracias”, ni un maldito gesto.
Massimo sintió una punzada de irritación.
¿De verdad iba a ignorarlo así?
Apretó la mandíbula y la observó entrar al edificio con el cuerpo rígido, su melena ondeando tras ella, sin darle la más mínima importancia a su existencia.
—Perfecto. Que se joda. —murmuró
Apretó el volante con fuerza y aceleró, tomando la carretera hacia la mansión. Necesitaba un trago… o diez.
Al llegar, no le sorprendió encontrar a su abuela esperándolo en el salón, con una copa de licor en la mano y esa expresión calculadora que siempre tenía cuando planeaba algo.