Capítulo 81 —El segundo contrato
Narrador:
La mañana avanzaba lenta en la cabaña. Afuera, el bosque seguía en silencio. Dentro, el aire estaba cargado de algo más difícil de explicar: nervios, emoción, una calma extraña que no terminaba de acomodarse.
Nadia se paró frente al espejo. Llevaba un pantalón color crema de lino, una blusa ligera de mangas tres cuartos y el cabello suelto, apenas recogido a un lado con una pinza. Nada especial. Nada que pretendiera llamar la atención.
Y aun así, se miraba como si algo no encajara.
—¿Estás bien? —preguntó Massimo desde la puerta.
—No lo sé —respondió, sin girarse.
Él entró al cuarto con los botones de la camisa a medio cerrar y los pantalones oscuros algo arrugados. Iba igual de sencillo que ella. Pero al verla, se detuvo.
—¿Quieres cambiarte?
—No.
—¿Entonces?
—Estoy nerviosa —admitió, cruzándose de brazos.
Massimo se acercó y le acarició el brazo sin apuro. Se colocó detrás de ella, mirándola por el espejo.
—No pareces nerviosa.
—Estoy tembla