«Raksha… no puedes dejar que esto me pase», le dijo Rhiannon, cerrando los ojos para no ver a Aidan semidesnudo. Era un paisaje demasiado tentador y tal como le había dicho… ayudaba por un momento, pero solo por un momento.
«¿Quieres que me resista a un celo? ¿Estás bromeando?», gruñó Raksha.
«¡Es que no quiero tenerlo!» gruñó su lycan.
«¿Por qué no?» protestó la loba. «¡No es como si no lo hubiéramos hecho antes con él!»
«¡Pero antes no lo sabía! ¡No sabía quién era…!» la muchacha suspiró con amargura. «Todavía no puedo perdonarlo por mentirme», confesó.
«Nadie te ha dicho que lo perdones, solo lo vamos a usar»
«&iqu