—¡…Vete de aquí!
Brennan no sabía su aquel gruñido llegaba de parte de Aidan o de Akela, pero sintió que lo empujaban por uno de los corredores laterales hasta que tropezó en las escaleras y Brennan cayó quince escalones más abajo.
—¡Vete!
—¡No te voy a dejar…! —dijo el Beta haciendo ademán de subir por él pero una mirada de su Alfa lo detuvo.
—A mí solo va a lastimarme, pero a ti te matará, lo sabes bien… ¡Vete, busca ayuda…!
La puerta de acceso a las escaleras se abrió con un chirrido y Brennan saltó hasta el pie de las escaleras, echando a correr hacia los pisos más bajos, y Aidan solo cerró los ojos, rezando a la Diosa para que le permitiera a su Beta escapar a salvo.
No supo si habían pasado horas, días o solo minutos cuando volvió