- ¿Y qué pasó después? -Preguntó Tifani, sollozando.
-Le conté a mi hermana el milagro que había pasado en mi vida, y que el famoso método no me había funcionado. Mi hermana no podía creer lo que oía; sin embargo, entre llanto me reitero que Dios siempre me había protegido y que aún me quedaba un largo camino por recorrer y una misión en la vida. Tarde muchos años en aceptar a Dios en mi vida, pero finalmente Dios se apiado de mí y me permite estar a su lado.
- ¿Y ya cumpliste esa misión?
-Creo que sí. -Respondió él con una amplia sonrisa cautivadora.
- ¿Puedo saber cuál es? -Preguntó ella, tímidamente.
-Haberte salvado a ti.
Ambos sonrieron y entonces ella, envuelta en llanto se lanzó a los brazos de aquel Ángel que, la rescató.
<