Mundo ficciónIniciar sesiónDos semanas de trabajar junto a Sebastián habían pasado como eternidad y parpadeo simultáneamente. Catorce días de proximidad forzada. Catorce noches de Cassandra llorando sola en su apartamento corporativo mientras su ex-esposo dormía a kilómetros de distancia en mansión donde sus hijos crecían sin ella.
Pero hoy era diferente.
Hoy era visita quincenal.
Cassandra había limpiado el apartamento tres veces. Había comprado juguetes nuevos que Alessandro probablemente ya no recordaría. Había preparado biberón para Isabella con leche materna que bombeaba religiosamente cada cuatro horas, aferrándose a conexión que se desvanecía más cada día.







