Mundo ficciónIniciar sesiónEl papel con el número de Li Mei había estado quemando en el bolsillo de Cassandra durante dos días. Lo había movido entre su ropa, su bolso, el cajón de su escritorio. Como si cambiar su ubicación pudiera cambiar la decisión que representaba.
Escape.
La palabra sonaba imposible. Como fantasía de prisionero que lleva demasiado tiempo encerrado. Como trampa diseñada específicamente para ella.
Pero también sonaba como respirar después de meses ahogándose.
Cassandra se paró frente a la ventana de su apartamento. Madrid se extendía abajo, ciudad bulliciosa e indiferente. En algún lugar de esas calles, Li Mei esperaba







