106: Volví de entre los muertos.
[Valentino]
El sonido de un monitor fue lo primero que escuché.
Un pitido constante, molesto, como si marcara el tiempo que había perdido.
Abrí los ojos, pero la luz blanca me quemó la vista. Todo era confuso: una habitación impersonal, el olor a desinfectante, el roce áspero de una sábana que no reconocía.
Intenté moverme. Dolor. En el costado, en el pecho, en la cabeza. ¡carajo! ¿que mierda me había pasado?
Respiré hondo y el aire me supo a metal. Me ardía el pecho al respirar.
No entendía nada.
No recordaba cómo había llegado allí.
Solo fragmentos rotos: gritos, fuego, un golpe seco, oscuridad.
—¿Dónde… estoy? —murmuré, con la voz más parecida a un suspiro que a una palabra.
Una enfermera que pasaba por la puerta me oyó. Corrió hacia mí con una expresión entre sorpresa y alivio.
—¡Doctor! ¡Despertó! —gritó, y en segundos, un hombre con bata blanca entró, acompañado de otras dos enfermeras.
El doctor me observó, revisando las máquinas, las vendas, todo. Yo solo quería un