Capítulo 23: VIAJE.
NARRADOR.
Carolina todavía sentía su corazón latiendo con fuerza al ver a Marco Antonio Montero irse en el ascensor. Su expresión era tranquila, pero por dentro experimentaba una gran tensión. Tenía la certeza de que algo importante estaba por suceder, aunque no podía prever la intensidad del conflicto entre Elías y su abuelo. Cuando Elías salió de su despacho, enseguida buscó a Carolina con la mirada. Se acercó a ella y le tomó la mano de una forma tan segura y dominante que comenzaba a resultarle irresistible.
—Regresemos a casa —afirmó de manera sencilla.
El viaje en la limusina fue en silencio, pero diferente al silencio incómodo. Era más bien un momento para asimilar todo. Al llegar a la mansión, Elías pidió que prepararan una cena ligera en el comedor pequeño del ala este, el lugar donde solían disfrutar de momentos más cercanos.
En ese ambiente, decorado de forma clásica, con candelabros de cristal, una mesa de caoba y una ventana que daba a los jardines iluminados por faroles,