MATEO.
Ni siquiera sabía si éramos novios, si nos estábamos conociendo, o si simplemente seguíamos siendo amigos, pero lo que si estaba claro es que la quería y ella me quería a mí, y en aquel momento, eso era lo único que me bastaba.
Llevábamos dos días así, escondiéndonos de mi mejor amigo, para que no se enterara de lo que había entre nosotros y aquello estaba resultándome bastante difícil, así que aquel día no tenía ni idea de que era lo que iba a decirle ahora que había venido a buscarme para ir a tomar algo al bar de tito.