Capítulo 408
Pablo no quería irse, esta era una rara oportunidad para estar a solas con Fabiola.

Mario, al saber que Pablo estaba en casa de Fabiola, envió un video burlándose: —Vaya hermano, entraste a su casa tan rápido.

—Sé más discreto —Pablo miró nerviosamente hacia la puerta de Fabiola asegurándose de que no hubiera movimiento, antes de mirar a Mario en el video. —Si arruinas esto, no te lo perdonaré.

Mario miró con desdén: —Mira cómo eres, seguro que serás dominado por tu esposa.

—Como si te importara.

—Pareces muy brillante con un poco de sol, pero recuerda, ella aún no se ha divorciado.

Pablo iba a hablar cuando se escuchó el sonido de la puerta girando.

—Alguien viene, hablaré contigo más tarde —Pablo colgó el teléfono y se acercó a la puerta, abriéndola.

Se encontró cara a cara con Benedicto, que estaba a punto de abrir la puerta.

Sus miradas se cruzaron, llenas de hostilidad en un instante.

—¿Cómo estás aquí? —Benedicto entró, escaneó el lugar, pero no vio a Fabiola.

Su preocupación des
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