Damisela en apuros

Aunque racionalmente sabía que el suelo estaba fijo, el movimiento que percibía me estaba dando nauseas.

El corazón me latía tan aprisa que mis pulmones no podían suministrar suficiente aire para seguirle el paso.

Tenía que salir de ahí rápido o iba a terminar vomitando o peor aún desmayándome frente a ese montón de desconocidos.

Notas mal intencionadas y la subsecuente reacción del publico aparecieron en mi mente y sentí como si alma estuviera a punto de abandonar mi cuerpo, hasta que un brazo sostuvo firmemente mi cintura, cómo si se estuviera aferrándome a mí para obligarme a permanecer anclada en la realidad.

Leo estaba junto a mí con el ceño fruncido, y un poco pálido. Era consciente hasta cierto punto de que su brazo estaba rodeándome para evitar que me cayera de cara, pero se sentía cómo si estuviera viendo esa escena más que protagonizándola.

— Lo siento, creo que es momento de que nos retiremos. Una disculpa a quienes se quedaron sin foto, espero poder compensarlos después.
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP