82. Pagarás por tu insolencia
Nicklaus
Las luces de la carretera pasan a mi lado como destellos fantasmales mientras conduzco hacia el lugar acordado. Penélope está sentada a mi lado, su mano temblando en la mía. Puedo sentir la tensión en sus músculos y sé que su mente está en Micka, rezando para que todo salga bien.
—Vamos a sacarlo de allí —le digo, tratando de infundirle confianza—. Te lo prometo, Peaches.
—Lo haremos, lo sé.
Ella asiente, aunque sus ojos están llenos de preocupación. Siento el peso de su miedo en mi propio pecho. Natasha es una amenaza real y el hecho de que esté metida en todo el tema de la magia negra la hace mucho más volátil, y no sabemos hasta qué punto puede llegar para conseguir lo que quiere.
Finalmente, llegamos a la vieja fábrica abandonada. El lugar parece sacado de una película de terror, con sus paredes derruidas y ventanas rotas. Aparco el coche a una distancia prudente y nos bajamos, caminando en silencio hacia la entrada.
Detrás nuestro veo bajarse del otro auto a Blake, Samuel