50. ¡No me he inventado nada!
Penelope
Camino rápidamente hacia la enfermería, mi mente dando vueltas con un torbellino de pensamientos. Necesito encontrar una manera de ocultar mi embarazo. No puedo dejar que Nicklaus lo sepa aún, no después de todo lo que ha sucedido. Aún no estoy segura de lo que siente por mí, y temo que él prefiera a Natasha. La sola idea me causa una punzada de dolor en el pecho.
Entro a la enfermería y busco a Lila. La veo al fondo, mezclando algunas hierbas, su expresión concentrada. Me acerco a ella, sintiendo un nudo en el estómago.
—Lila, ¿puedo hablar contigo un momento? —le digo, mi voz apenas un susurro.
Lila levanta la mirada, sorpresa cruzando su rostro, pero asiente y deja lo que está haciendo.
—Claro, Penelope. ¿Qué necesitas?
Tomo una respiración profunda, tratando de calmarme.
—Necesito saber si hay alguna forma de ocultar el aroma de mi... —hago una pausa, buscando las palabras adecuadas—, de mi embarazo. No quiero que Nicklaus lo sepa todavía.
Los ojos de Lila se agrandan lige