66• Te llamaré.
El aire fresco me golpeó apenas salimos del café. Rupert me sostuvo la puerta, como siempre hacía, con ese gesto tranquilo que parecía más una costumbre que una intención.
—Deberíamos vernos pronto —dijo, metiendo las manos en los bolsillos.
Asentí, sonriéndole apenas.
—Sí, me encantaría.
Nos quedamos parados frente al café, sin decir mucho más. Había algo en su mirada, algo que dolía un poco, como si quisiera decirme algo que no se atrevía. Cuando finalmente se despidió, levantando la mano, lo observé alejarse por la acera. Me quedé ahí, mirándolo hasta que desapareció entre la gente, con una sensación extraña, como si algo dentro de mí también se estuviera despidiendo.
Entonces lo escuché. El motor de un auto apagándose justo frente al café. Al principio no le di importancia, hasta que vi a un hombre bajando del vehículo. Y mi pecho se encogió al verlo bajar del auto, un nudo en la garganta que me recordó todos los años que no lo había visto.
Lo reconocí al instante.
No importaban l