Maxine Prior siempre supo lo que quería para su vida, iría a la universidad, conseguiría un empleo, y probablemente se casaría con su novio de toda la vida, Nick Scott, sin embargo, todos sus planes cambiarán cuando por cosas del destino sea obligada a vivir en el mismo departamento con el hermano de su novio, Trevor Scott, un chico problemático, mujeriego, que solo le interesa divertirse. El problema es que Trevor tiene el ojo puesto en Maxine, y ella no sabe si será capaz de resistirse a sus encantos.
Ler maisMaxine.
Siento que un peso hunde el colchón a mi lado, sin embargo, estoy tan dormida que no presto demasiada atención, el día está fresco, y anoche me dormí hasta tarde por estar viendo mi serie favorita en Netflix.
-Maxine – oigo que alguien susurra mi nombre, pero sigo medio dormida, y pretendo estar asi hasta por lo menos el medio día – Maxine – vuelve a decir aquella voz.
Siento que algo acaricia mi piel, el roce es delicado y está acariciándome bajo las sabanas, creo que no es producto del sueño porque se siente muy real, tanto que siento que me hace cosquillas en todas partes del cuerpo, suelto un murmullo que ni siquiera yo misma alcanzo a entender y entonces comienzo a abrir los ojos lentamente.
Por la ventana de mi habitación entra luz, pero es muy opaca, lo que indica que caerá un aguacero, igual a los últimos dos días, lo cual es extraño teniendo en cuenta que vivo en el estado de Arizona, un lugar mas bien seco la mayor parte del año.
-Maxine – vuelven a susurrar, y esta vez quien sea que me este jodiendo la vida suelta una risa tonta.
Yo me tapo con la cobija, percibiendo un aroma, es masculino, como a tabaco y a perfume, detesto el olor a tabaco, lo que me obliga a taparme la nariz con mis sabanas que huelen a flores porque recién las he lavado. Aunque me cubro de pies a cabeza no consigo acomodarme en la cama, asi que me doy media vuelta, intentado encontrar una posición cómoda nuevamente.
Y entonces lo veo. Mis ojos, que están adormilados, se abren con sorpresa en cuanto me doy cuenta de la persona que esta conmigo en la cama.
-¿Tu qué demonios haces aquí? – le grito con la voz pastosa, mientras él suelta una carcajada – ¿Qué estás haciendo en mi habitación, Trevor? – le pregunto cabreada.
-Buenos días, Maxine – dice a modo de respuesta, siendo tan descarado como siempre.
Lo miro con rabia de arriba abajo y me doy cuenta de que esta vestido con ropa de hacer ejercicio, tiene el cabello húmedo y el rostro brillante y ni aun asi deja de verse bien, Trevor es uno de los hombres mas sexis que he conocido en mi vida, fácilmente podría ser el protagonista de alguna de esas tontas películas románticas para adolescentes, tiene el cabello azabache, oscuro como la noche, lo tiene medianamente largo y desordenado, sus ojos también son extremadamente oscuros, y su tez es más bien trigueña, Trevor siempre ha sido la clase de chico que tiene a todas las mujeres locas detrás de si, pero conmigo es diferente, y por muy guapo que sea, me niego a que esté en mi cama, molestándome la vida.
-¿Qué haces aquí? – le grito una vez más.
-Viéndote dormir – dice como si nada, como si aquello fuera lo mas normal del mundo – debes estar feliz de saber que no roncas, Maxine, si quieres puedo firmar un papel que lo compruebe, para la persona con la que te cases.
-A la persona con la que me case no le importará si ronco o no – le digo a la defensiva.
-Puede que eso sea cierto durante los primeros años, pero después se hartará de oírte roncar y entonces te asesinará con tal de no oírte – yo ruedo los ojos y lo miro de mala gana.
-¿Y tú como sabes?
-He escuchado cosas – levanta los hombros con indiferencia – hay muchas historias Maxine, aunque a mi no me importaría soportar los ronquidos de alguien como tu – suelta.
Yo respiro profundo, porque sé que está tratando de provocarme.
-¿Te das cuenta de lo inapropiada que es toda esta situación? – le pregunto, aunque sé que Trevor Scott no conoce la palabra “Inapropiado” para él no existen las reglas, y eso yo lo tengo bastante claro, después de todo, lo conozco de toda la vida – tu hermano es mi novio, y esto segura de que no le gustará saber que me estas acosando en mi propia habitación.
-¿Eso es lo que crees que hago? – inquiere, con una media sonrisa que me saca de quicio.
-Si, es justamente eso – digo, con rabia – entrar en la habitación de una chica mientras duerme, y acostarte en su cama como si nada es una clara señal de acoso.
-No te olvides de la rosa – suelta una carcajada.
Yo miro a su mano y me doy cuenta de que esta sosteniendo una rosa roja, bastante pequeña en realidad, entonces recuerdo las cosquillas mientras dormía y me doy cuenta de que no era un sueño, él me estaba acariciando con esa rosa.
-¡No sé ni porque estoy discutiendo contigo! – le grito, incorporándome en la cama. – ¡Vete de mi habitación! – le grito poniéndome en pie, pero él se queda acostado, como si la cama fuese suya – ¡Joder Trevor, lárgate de aquí! – sigo gritando, pero el chico no me hace caso.
Frustrada y con dolor de cabeza, rodeo la cama y llego hasta donde él esta, intento moverlo, y halo de la camiseta blanca que tiene puesta, pero Trevor es como una piedra fuerte, y yo soy como un conejo indefenso, no puedo moverlo, y él se está burlando de mí.
-Es gracioso verte intentarlo – sisea, mientras yo suelto un quejido.
-¡Trevor, vete al demonio! – suelto un improperio, y me sorprendo de que mamá aun no haya venido a ver qué es lo que sucede, estoy gritando tan fuerte que ya es hora de que por lo menos hubiera preguntado que es lo que está pasando – Trevor, es enserio – hago un puchero.
Él me ve con desconfianza, y entonces se pone en píe, dejándome de frente con su pecho, Trevor me saca una cabeza de altura.
-Ahora déjame sola para que pueda volver a dormir – digo.
-Ruégame – me pide, sonriendo diabólicamente.
-¿Que?
-Que me ruegues.
-Yo no voy a hacer eso – me cruzo los brazos sobre el pecho, viendo lo descarado que es él.
-Entonces puedes quedarte a esperar, porque no voy a irme – se planta como un árbol en mi habitación, y a mi me dan ganas de quitarme el cabello de la rabia que siento.
-¡Que te jodan, Trevor Scott, vete al infierno! – grito.
-Solo si me acompañas, cariño – susurra con esa voz ronca y profunda de él.
-Ni en tus sueños – le planto cara, acercándome ligeramente mas a él.
De repente, Trevor mira hacia abajo, más específicamente a mi pecho, y levanta una ceja, no se lo que significa aquel gesto, pero lo descubro en cuanto veo hacia abajo, uno de mis pechos se ha escapado de la blusa de seda roja que estoy usando.
-¡Joder! – exclamo, cubriéndome.
-Nada mal, Prior – suelta, llamándome por mi apellido, cosa que sabe que odio.
Me alejo de él con vergüenza y busco una bata en mi armario, mientras lo hago, me fijo en la espalda musculosa de Trevor, que esta mojada, probablemente no de agua, si no de sudor, lo que me hace soltar una mueca de asco.
-Dime por favor que eso no es sudor – lo señalo y él vuelve a carcajearse.
-Estaba haciendo ejercicio, Maxine, ¿Qué esperabas que fuera?
-¡Ay por Dios! Eres el ser mas desagradable en el mundo, vete de aquí para poder hervir mis sabanas en desinfectante – grito.
-¿Te molesta la camiseta? Está bien – dice, y entonces comienza a levantar su camiseta, dejando al descubierto su torso bronceado y lleno de músculos, me quedó embobada durante un segundo, viendo las chocolatinas en su abdomen y la V tan erótica que tiene en la parte baja del abdomen, hasta que recuerdo que Trevor es el hermano de mi novio, y que no debería estar en mi habitación, mucho menos sin camisa.
-¿No vas a irte de aquí? – le preguntó, tragando saliva y recuperando el aliento que su cuerpo me ha quitado.
-No.
-Entonces me iré yo – me amarro la bata color rosa en la cintura, y salgo de la habitación.
Camino hasta las escaleras y comienzo a bajarlas prácticamente corriendo, sé que mama lo desaprobaría, pero necesito alejarme de Trevor Scott tanto como me sea posible.
-Espérame, voy contigo – me grita, siguiéndome a mis espaldas.
-¡Eres un mal nacido! Pensé que no ibas a salir nunca de ahí.
-Es que si no estas en tu habitación no tengo nada más que hacer allá – suelta como si nada.
Yo suelto un bufido y hago la cosa mas infantil que se me ha ocurrido, alargo el brazo y lo empujo por un costado, Trevor pierde el equilibrio por un segundo, pero lo recupera de inmediato ayudado por la barandilla de la escalera.
-No, no lo hiciste – niega, y entonces sé que debo correr – tu te lo buscaste, Prior – susurra.
Yo corro escaleras abajo, y él me sigue el paso, después me escondo en la cocina, pero mi respiración esta agitada y es fácil encontrarme, escucho a Trevor caminar sigiloso, pero no soy capaz de husmear que está haciendo, hasta que oigo el grifo del agua abrirse.
Asomo ligeramente la cabeza, y Trevor me tira encima el agua que ha recogido en un vaso, me moja el cabello y el rostro y las gotas comienzan a descender hacia mi cuerpo, lo miro con rencor, y niego con la cabeza, enseguida la persecución continua, como si tuviéramos cinco años. Yo también tomo un vaso de agua y persigo a Trevor, esta vez es él quien huye de mí.
Ambos corremos hasta que llegamos al salón principal, en donde esta mi madre, mi novio, y la madre de Trevor, están los tres sentados bebiendo café y tal parece que hablando, los tres nos ven con el ceño fruncido.
-¿Qué es lo que está sucediendo? – dice mi madre con voz severa, mientras me escudriña con la mirada, yo estoy mojada y Trevor esta sin camisa, los dos expuestos antes nuestras madres, y mi novio y hermano de Trevor.
-Trevor me estaba molestando – digo, antes de que él pueda hablar.
Trevor rueda los ojos y no dice nada.
-Bueno, de todas formas que bien que ambos estén aquí – dice Adriana, la madre de Trevor y de Nick, mi novio.
- ¿Por qué? – pregunta Trevor con indiferencia.
-Tenemos una noticia que darles – ambas mujeres se miran con complicidad – Trevor y tu vivirán juntos – suelta de sopetón mi madre.
-¿Que? – decimos él y yo al unisonó.
Esto no puede ser cierto, no puede ser verdad, ¡Me niego a vivir con el novio de mi hermano, al que por cierto detesto!
Maxine. -¡Trevor, Joder que no es por allá! – le grito por decima vez – ¡Es al norte tarado, al norte del resto del país, no a tu norte! Él suelta un bufido. -Maxine, aquí dice que es por donde yo voy – él señala el GPS de su celular. -¿Cuándo has visto que eso funciona? ¡El GPS es el peor invento del mundo! – suelto frustrada – ¡Tienes que ir al otro lado! -¡Cállate la jodida boca, Prior! ¡Me tienes jodidamente cansado! Tengo migraña, ¡Joder! – me grita molesto. Yo lo miro de mala gana, arrugo el mapa que tengo en la mano hasta hacerlo una bolita y lo tiro al asiento trasero del auto de mi madre. Hemos pasado la ultima hora tratando de adivinar donde es que queda nuestro nuevo departamento, tenemos la dirección y Trevor la introdujo en el GPS, pero aún no hemos sido capaces de llegar, es que nosotros somos los únicos idiotas que arrendamos un departamento sin siquiera ir a verlo antes. Se supone que en
Maxine. Los fuegos artificiales comienzan a explotar en el cielo afuera de nuestra casa, donde todos estamos reunidos esperando para celebrar el año nuevo, me he tomado ya casi cinco copas del ponche de mamá y estoy un poco achispada, y mientras la cuenta regresiva comienza a sonar yo veo a mi madre, sonriéndole de forma bobalicona a Harvey, veo a Adam y veo a Tara que han decidido pasar año nuevo con nosotros, veo a Nick que está abrazado a su chica de la oficina de admisiones, o al menos yo creo que es ella, veo todo a mi alrededor y siento mi corazón hinchado de felicidad.-Tres, dos… – comenzamos a gritar todos juntos – ¡uno! – gritamos fuerte, aplaudimos, vitoreamos y entonces siguiendo con la tradición nos besamos con la persona con la que esperamos pasar el próximo año.Yo beso a Trevor.-Feliz año nuevo, Prior – él se
Trevor. El matrimonio de Rachel estuvo lleno de mucha gente llorona, mi madre lloró, también alcance a escuchar a mi padre sorber por la nariz, Rachel lloró, Harvey también y Maxine ni se diga. Pero fue bueno hacer parte de este momento, no puedo mentir, fue un momento muy bonito, para todos.Entro en el salón de la recepción de Rachel y Harvey, hay luces neón por todas partes, una orquesta al frente en un escenario y las mesas están dispuestas igual que en la cena de ensayo, yo veo a Maxine sentada en la mesa, está mirando su celular y parece algo aburrida, pienso en ir con ella, pero Rachel me intercepta antes de que pueda dar un paso más.-¡Rachel, felicidades! – le digo, dándole un abrazo un tanto incómodo.-Gracias – ella se aleja de mi – Maxine me contó lo que pasó esta mañana.-Ella es bastante co
Maxine. Veinticinco de diciembre, cinco de la tarde y yo estoy perdiendo los nervios, siento que me sudan las manos, no soy capaz de terminar de ponerme el vestido sola y eso que no soy yo la que va a casarse, pienso. Gracias al cielo que la maquilladora que mi madre contrató ya se encargó de mi rostro y de mi cabello, porque si no, creo que estaría echa un completo desastre justo en este momento.Intento subir mi cremallera, pero no puedo.-Tienes que calmarte, Maxine Prior – le digo a mi reflejo y respiro profundo.Escucho que alguien toca a mi puerta y espero de todo corazón que se trate de Adriana para decirme que ya mi madre está lista para ir a la iglesia, y además para que también pueda ayudarme con la cremallera del puñetero vestido.-¡Siga! – grito.La puerta de mi habitación se abre, yo me doy la vuelta y veo a Trevor de pie frente a
Maxine. -¿No se suponía que ibas a conocer a Ian hasta el próximo año en que fueras a Washington? – le pregunto a mi madre aprovechando que Ian se ha alejado de su silla – pensé que él no iba a venir a la boda.-No iba, pero Harvey hablo con él y lo hizo entrar en razón – explica – además Ian no estará el próximo año en Washington, entonces no creo que vaya a encontrarme con él.-¿Por qué no estará en Washington? – pregunto con curiosidad.-Se ira a Australia por dos años, hará una especialización en la mejor universidad de Sídney.-¿Especialización de qué? – sé que estoy bombardeando a mi madre con preguntas, pero es que tengo muchas dudas acerca de Ian, y no creo que lo mas conveniente sea preguntarle en vista de que recié
Maxine.Han pasado casi seis meses desde la pedida de mano de mi madre y ella y Harvey están tan ansiosos por empezar su nueva vida juntos que el matrimonio será solo dentro de una semana, si, justo en vísperas de navidad, solo a alguien como a Rachel Prior se le ocurre celebrar su matrimonio en vísperas de navidad, supongo que quiere que todo sea mágico y yo espero que todo salga justo como ella quiere, espero que haya luna llena cuando estén bailando su primer vals y que caiga nieve mientras se dicen acepto frente al altar.Siempre he sido alguien romántica, y a pesar de todo, me niego a que un par de experiencias malas dañen todo mi concepto del amor. No soy una niña, no creo en las fantasías, pero si quiero creer que aún hay algo mágico en la unión de dos personas que prometen amarse hasta la muerte.Yo miro a mi alrededor, a todas las cajas que hay am
Último capítulo