~Alana~
Los días habían pasado sin ver mejoras en Walker; seguía en esa cama de hospital, donde sus paredes blancas comenzaban a perturbarme.
El olor era otra cosa que odiaba; me desesperaba, me perseguía incluso cuando salía de ahí.
Desde ese momento, prohibí rotundamente que volvieran a usar cualquier tipo de desinfectante en la casa de la manada.
Las doncellas me obedecían, pero en el fondo sentían lástima por mí. Yo podía verlo en sus miradas, en las pequeñas sonrisas que me daban.
Todos podían ver que comenzaba a desmoronarme un poco más cada día.
Volvieron las noches en vela, los gritos en la oscuridad, las horas bajo el agua como si eso pudiera sacarme del pozo en el que me estaba hundiendo.
Me estaba comenzando a desesperar por algo, por todo y por nada.
Llegué a pensar que me estaba volviendo loca, así que, cuando vino un anciano del consejo a decirme que se debía a mi compañero, no me sorprendió.
Kyra parece también perdida, ida; por ratos está ahí y por ratos se pierde en m