Capítulo 367
—¿Puedo entrar a verlo? — La voz de César era algo débil y cansada.

—Sí, pasa —respondió Ricardo, también afectado por el estrés y la falta de sueño.

Lo observó entrar. Unos minutos después, César dejó a dos guardaespaldas en la puerta y regresó a la oficina de Ricardo.

Apenas entró, fue recibido con una lluvia de reproches por parte de Marina:

—¿No dijiste que me lo jurabas por tu mamá que César no volvería hoy? ¿Y qué pasó? ¡Por poco nos pilla!

—Tranquila, tranquila —Ricardo, temiendo que se quedara sin voz de tanto regañarlo, sacó dos botellas de bebida y se las ofreció a Marina y a Orión, que aún vestía como Andi.

—¡No sabía que regresaría tan de repente! Pero gracias a ti, no nos descubrió. Esto también prueba que no le he contado absolutamente nada a César sobre ti o sobre Andi.

—Menos mal —Marina aceptó la explicación. Ya que él mostraba buena actitud y había cumplido su palabra, decidió dejarlo pasar.

—Bueno, deja de hacerte el simpático y llévanos de vuelta a casa —dijo, acept
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App