Capítulo 30
Los compañeros del taller de al lado escucharon el alarido y corrieron a ver qué pasaba.

—¡Lorena, ¿estás bien?! —exclamó una de las compañeras, quien casualmente había estado comentando sobre Lorena en la entrada de la escuela esa misma mañana.

—¿Te lastimaste? ¿Te duele? Voy a llamar al profesor, ¡no te preocupes! —dijo ella mientras sacaba rápidamente su celular.

Lorena sentía un dolor intenso en el costado derecho, tanto que las lágrimas le corrían por las mejillas. Apenas podía moverse.

El profesor llegó poco después, visiblemente preocupado.

—¡Llamen de inmediato una ambulancia rápido!

Lorena quiso decir que estaba bien, pero apenas abrió la boca, el dolor la hizo llorar aún más, incapaz de articular palabra.

La ambulancia llegó poco después.

—Regresen a seleccionar sus obras para la exposición. Yo la acompañaré al hospital. —dijo el profesor a los estudiantes.

Urgencias del Hospital del Sagrado Corazón.

El médico revisó las radiografías. —No hay fracturas, solo algunos rasguñ
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