Un rato después abro mis ojos somnolientos y encuentro a Rick mirándome con el ceño fruncido, como si estuviera contemplando algo. Está oscuro afuera, así que debo haber estado dormida por un rato. Me acomodo el cuerpo lentamente y la espalda se siente normal, casi como si no hubiera pasado nada. Me giro para sentarme en la cama y noto que mi pierna también está curada.

Sujeto la sábana contra mi pecho, el fino material es lo único que me mantiene decente en este momento. Rick solo lleva pantalones, con su hermosa parte superior del cuerpo expuesta para mi placer visual.

—Como nueva —dice Rick con voz ronca.

—Eso parece —respondo un poco incómoda bajo su intensa mirada.

—¿Cuándo ibas a decirme que podías volar? —pregunta.

—Solo me enteré de que podía la noche en que todos enfermaron y luego, con todo lo que ha pasado... —comienzo y me quedo sin palabras.

—¿Alguna otra sorpresa? —pregunta.

—Que yo sepa, no —digo—. Estoy tan...

—Raven, yo...

Los dos empezamos a hablar