Bloqueada.
Gia.
Abro los ojos gracias al tono de mi teléfono. Me estiro para tomar el aparato, y veo un mensaje del abogado Smirnov. Cenamos juntos recientemente, le comenté que ya no quería vender la mansión secundaria de Lev, sino que la principal, así que me ha enviado el número de otro agente de bienes raíces.
Recostada en la cama, le escribo al agente, Feddei Chernov, y no tardamos en acordar una cita en unas horas para ver la mansión.
Me tumbo boca arriba y mis pensamientos van al hecho de que hoy es sábado, y justo tengo solo una semana de haber conocido a Arthur Orlov.
Mi estómago se retuerce al recordar todo lo que he sentido y vivido en tan poco tiempo, pues me preocupa mi dependencia a este hombre, y los estragos que puede causarme.
Me doy una ducha, y en bata, salgo a preparar mi desayuno. Es inevitable que no me gire hacia la mansión de Arthur. Su SUV no está, y los dos hombres que siempre andan con él, tampoco se ven cerca de la mansión.
Preparo mi desayuno americano, lo como, y de