Alan miraba su teléfono en un momento de distracción de todos quienes tomaban sus lugares en el sofisticado y elegante lugar, su madre hablaba de lo difícil que era encontrar una reserva.
Le enviaba un mensaje a Señora Kiki.
- “Paso por ti a las siete en punto, no acepto negativas”
Unos minutos después llegaba la respuesta.
- “Puedo irme sola, dime donde nos vemos, existe algo llamado taxi, tomaré uno”-.
-Ni lo sueñes señora Kiki…siete en punto-. Guardaba su teléfono en el bolsillo y reía travieso, la chica era adorable en cuestión.
La llevaría para escoger algo de joyería, caminarían por las iluminadas calles y al final tomarían algo en un remoto barcito.
Le llevaría a casa y le robaría un beso.
Era su prometida…falsamente, pero prometida al final.
Notaba cierto tenso ambiente entre su tía y Roku, algo estaba pasando entre ellos, miró a sus padres con cierto recelo, algo se traían entre manos, en especial su madre, nunca daba un paso en falso.
Iría al banquete con su prometida, algo q