La señora Pelton, Mía, Kiki y los empleados de bodega y talleres escuchaban atentamente las indicaciones de Marga.
El gran desfile se acercaba, la nueva línea estaba terminada y un total de 36 piezas serían exhibidas.
Al terminar el sermón de esa mañana, Marga llamó a la señora Pelton a su oficina. al medio día quería platicar a solas con ella.
-¡Suerte, amiga!-. Murmuraba Mía, mirando a Kiki con algo de inquietud.
-Creo que vendrán muchos cambios-. Kiki se encogía de hombros, tomando los rollos de tela para llevarlos al taller.
Kiki, estaba considerando comprar la tienda del abuelo; podía hacerle algunas remodelaciones, ampliar y reorganizar la bodega.
Por fin, sería libre. La tienda del abuelo tenía potencial; era la única en la zona. Además, colocaría una barra al fondo para vender café. Nita estaba maravillada con la idea de Kiki.
Alan estaba de acuerdo en que hiciera lo que realmente deseara; no quería frenar ni detener sus propósitos y sueños.
Kiki era excelente en las relacione