Vladimir Sokolov
Sali de la y Sarah sonreía con su madre, mordía mi labio mientras caminaba hacia ellas. Cuando notaron mi presencia, sonreí forzadamente. Me senté al lado de Sarah y ella se apoyó en mi hombro.
—¿Cómo fue todo? — escuché su dulce, mientras acariciaba mi mano.
—Os dejo solos. — la voz de su madre, llamó nuestra atención.
Su madre se fue y nos dejó solos, estaba pensativo, sintiéndome como una mierda por todo esto. Ella no lo entendía, pero para mí, era duro mentirles mirándoles a la cara.
—Vlad, ¿Qué ocurre? — me preguntó y está vez, observándome.
—Nada, vamos al hotel, estoy algo cansado. — respondí secamente levantándome.
—De acuerdo, avisaré a mi madre. — asentí.
Flote mi cara con mis manos, soltando el aíre por la boca. No sé cuánto tiempo podré callar todo esto, mi conciencia no me dejaba tranquilo. Me recriminaba, me torturaba. Su padre fue un gran hombre, dándome a su hija como si yo fuese su salvación y no lo soy... Joder, no lo soy. Yo soy el puto culpabl