NARRADOR OMNISCIENTEDante había salido de la habitación de Miranda y corrió directamente hasta la de Sophía, quien se había quedado nuevamente dormida.Gabriel seguía a su lado, acariciando su dorada cabellera, y sonrió con malicia al sentir a Dante a sus espaldas.—¿Tan pronto regresas? Puedes tomarte tu tiempo, no haces falta para cuidarla.Dante, sin pensarlo mucho, lo paró de la silla y lo estampó contra la pared. Sus ojos estaban inyectados de rabia; toda su furia quería descargarla encima del bastardo de Gabriel.—Dime, Gabriel… ¿quieres terminar con el cuerpo lleno de agujeros por mis balas? Te puedo ayudar con eso.Pero Gabriel, o era muy valiente, o muy estúpido, porque siguió provocándolo. Y Dante staba cayendo en su juego.—Oh, Dante… puedes hacerlo. Pero, ¿Sophía te perdonará? Sabes lo que siente por mí, y aun así no la dejas ir.Dante apretaba con más fuerza la camisa de Gabriel; estaba a punto de golpearlo cuando entró el doctor.—Huhuhu…— carraspeo el doctor—señores, n
NARRADO POR ÉL Pensaban que era estúpido. Invisible.Uno más entre tantos.Pero yo veía todo. Siempre lo hice.A Sophía… la observaba desde mucho antes que todos.Antes de Dante, antes de que la mafia italiana la tuviera en la mira, antes del infierno.Nos conocimos en la universidad, éramos inseparables, ella, Ayla, Harold y yo.Éramos el equipo perfecto, mejores notas mejores amigos y al final unos terminaron unidos otros separados.Pero nunca deje de observarla, de saber lo que hacía, a donde iba y con quien lo hacía. Años más rarde nos reunimos y trabajamos en el mismo bufete, otra vez el equipo más fuerte, casos ganados a millones, delincuentes y mafiosos fueron a prisión. Corructos del gobierno y todo caso cerrado favorablemente. Sophia siempre fue mi amiga y algo mas, pero no pasanos de ahi, me tenia loco, su forma de caminar, el modo en que frunce el ceño cuando sospecha, cuamdo se enoja.Esa maldita manía de creer que puede salvar a todos.No puede salvarse ni a sí misma.M
NARRADOR OMNISCIENTE Los días habían pasado y Sophía fue dada de alta, pero no estaba bien. Sus emociones eran un completo desastre.Maldecía a Dante constantemente, lo que hacía que él perdiera la paciencia al instante. Aun así, no dejaba que eso lo afectara. Sabía por lo que ella estaba pasando y no podía simplemente ignorarlo.Las amenazas del asesino llegaban con frecuencia, pero Dante se aseguraba de que ninguna alcanzara a Sophía. Eran inquietantes, enfermizas… Y cada vez lo ponían más contra la espada y la pared. Tenía miedo. Miedo de que ella fuera lastimada de nuevo por ese malnacido. Miedo de perderla. Miedo de no poder protegerla.Estaba en su despacho, observando cada cámara, cada ángulo de la mansión, buscando cualquier señal, cualquier pista que lo llevara hasta ese infeliz. Habían descubierto —bueno, en realidad fue Sophía cuando se topó con el imbécil de Tyler— que había cámaras ocultas en su habitación. Fue así como notaron el dispositivo escondido en los aretes que
Nunca me había sentido parte de la familia Ferrer. Cada vez que cruzaba las enormes puertas de la mansión, el aire se volvía espeso, sofocante, como si me advirtiera que no pertenecía a ese lugar. El retrato familiar en el salón me lo recordaba constantemente: mi lugar no estaba ahí. Era la hija ilegítima, la sombra que Victoria, mi madrastra, deseaba borrar.Crecí escuchando las historias sobre mi madre, Galadriel Montenegro, una mujer fuerte y hermosa que, según mi madrastra, nos había abandonado a mi padre y a mí para huir con otro hombre. Desde que tengo memoria, Victoria ha usado esa historia para humillarme, para recordarme que no era más que el resultado de una relación que nunca debió haber existido. Lo peor de todo es que mi padre, Alejandro Ferrer, aunque amoroso en su forma distante, nunca contradecía esa versión. Nunca supe si era porque la creía o porque simplemente prefería guardar silencio.Hoy, el silencio en la casa era aún más denso de lo habitual. Recibí una llamada
POV DE Sophía Ferrer Salgo del despacho de mi padre sin mirarlo a los ojos hecha una furia, la impotencia que tengo no ayuda a contener las lágrimas, así que solo subí directo a mi habitación, necesitaba estar a solas y que nadie me viera llorando, no les daría ese gusto a mi hermana y madrastra, no me verán destruida.Cuando les pedí ver el contrato, solo me dijo que no tenía la copia aún en sus manos, que lo enviarían luego. Como soy abogada, encontraré la forma de anularlo. Primero que nada no se pidió mi opinión, y segundo mi firma a de valer algo, no sabían con quien en verdad se estaban metiendo. Escucho la puerta de mi habitación abrirse, se quien es, puedo verla por el cristal de la ventana, es ella, Victoria. —Que haces es mi habitación— le exijo saber después de limpiar las lágrimas que aún se sentían en mi rostro húmedo.—No creas que puedes escapar de esto Sophía, vas a casarte con Dante Moretti si o sí— su voz afilada suena en mi cabeza mientras le veo una sonrisa de t
POV DE DANTE MORETTI.Desde que tengo memoria, el mundo ha sido un juego de poder. Crecer a la sombra de Leonardo Moretti me enseñó esa lección desde el primer día. Mirando hacia atrás, recuerdo a mi padre, una figura imponente que siempre parecía estar un paso por delante, moviendo piezas en un tablero que la mayoría de la gente ni siquiera sabía que existía. Nuestra relación siempre fue compleja: respeto mezclado con un temor reverencial. Él era el maestro del juego, y yo, su aprendiz.Aunque mi madre, Bianca Moretti, siempre lucho por mantenerme lejos de ese mundo, al final no pudo lograrlo. Mi padre era duro y muy autoritario, amable cuando quería, pero a mi madre la hizo sufrir tanto que al final ella no soportó más y terminó con su vida. Y es algo que pagara con sufrimiento, el mismo que le proporcionó a ella o mucho peor,se lo jure a mi madre y lo voy a lograr. Mi padre piensa que las mujeres solo son trofeos que nos hacen ver más elegantes y poderosos, que no tienen opinión q
POV DE SOPHÍA FERRER Los chicos y yo hemos bailado, reído y disfrutado. Pero esa sensación no se iba, me sentía igual que antes,observada. — ¿Sucede algo Sophy?— me pregunta Ayla al sentirme inquieta. Sophy era cómo ella me llamaba siempre y mi padre cuando era cariñoso lo hacía. Antes de responder el sujeto se acerca. No sé veía mal, pero era un hombre que no llamaba mi atención, es más que seguro que pertenece a ese mundo bajo de la mafia y a esa gente la quería lejos… muy lejos. —Preciosa, es de muy mala educación rechazar la amabilidad de un hombre, no te parece?— me susurró cerca del oído. Me tensé al instante, su sola presencia me provocaba náuseas. —Oiga, aléjese. No sabe quién es ella? Si no quiere verse con una demanda por acoso será mejor que se aleje— le advierte mi amiga enojada. —No hablaba contigo, aunque… eres hermosa también. — la mira de arriba abajo, me da asco y puedo jurar que a Ayla le cae de la patada. —Pueden venir las dos, a ambas las voy a satisfacer— dic
Aún sigo entumecida por lo que sea que haya pasado aquí. Debo ir con Ayla, necesito irme pero ya.Salgo y llamo a Ayla y le aviso que voy para allá, hay varias llamadas de ella, no debería ir a casa ahora. No estoy lista para enfrentar a mi padre.Ayla es lo más cercano que tengo a una verdadera hermana, ella y yo somos inseparables tanto en lo personal como laboral.Ambas trabajamos en el bufete de abogados de su padre ,Sebastián Blackwood. Es el fiscal de la ciudad de Madrid- España con una presencia imponente. Siempre viste trajes oscuros que acentúan su autoridad, pero sé que detrás de su actitud fría hay un profundo amor por su hija Ayla y el idiota Nolan, su hijo mayor. Su deseo de erradicar la redes de narcotraficantes que rodea nuestra ciudad lo impulsa a tomar decisiones difíciles en su búsqueda de justicia y protección. Cuando al fin llego ya Ayla esta fuera esperando por mí.—Voy a matarte Sophy!!- me grita pero yo la ignoro, recuerdo que ella me dejo sola, subimos a su h