—Será mejor que hables sabrina, mi paciencia se está agotando— advirtió con un tono que no admitia mentiras. Sabrina conocía a Dante, sabía como detestaba las mentiras y sabía perfectamente que no tendría escapatoria si no le decía lo que él quería.
—Dante amor, se que sabes y entiendas que fue lo mejor, no la necesitas para expandir nuestro territorio. —. Suavizó sus facciones y coqueteo con él pero eso no estaba dando resultados, intentaba a toda costa ganar tiempo antes de soltarle la bomba
—Vamos amor olvida a esa mujer que solo te ha traído problemas.
La expresión de Dante era aterradora su respiración acelerada y el rojo de sus ojos decían claramente que por dentro sentía el peor de los enojos, estaba a punto de estallar y se contenía para no matar a loca frente a él.
—Sabrina, para ponértelo claro si es que no me has entendido — se acerco a la silla donde la había sentado con esa autoridad y dominio que siempre transmitía pero está ves había algo más en su mirada y no era bu