C220: Soy como soy, y así moriré.
Reinhardt se quedó ahí, observándola con esa intensidad que parecía perforarle el cráneo.
Y entonces habló, con una serenidad pero con una solidez que erizaba la piel.
—Dices que no necesitas cadenas porque no quieres irte. Pero… ya intentaste escapar demasiadas veces, y yo ya no puedo confiar en ti. Pase lo que pase, tú no te vas a ir de este lugar, nunca. No voy a permitirlo. Si tengo que encadenarte, lo haré. Si tengo que encerrarte entre estas cuatro paredes, lo haré también. Tu destino está sellado, y ese es morir aquí conmigo. Me perteneces, Jordan, y me pertenecerás hasta el final. Hasta la muerte y después de la muerte. Incluso en la próxima vida. Y si en esa vida también tratas de irte, volveré a encadenarte, porque no puedo vivir con la idea de que te vayas.
Se acercó aún más y su aliento golpeó el rostro de Jordan. Sus ojos, esos ojos de criminal curtido en la oscuridad, se clavaron en ella con una devoción aterradora.
—Esta cadena —dijo mientras la levantaba— será tu nueva