Cap. 39: Seducir al joven Alfa
Las lágrimas de Lisa intentaron asomar, pero como siempre tomó aire y fingió que nada sucedía. Las heridas provocadas por Roy siempre tardaban mucho tiempo en sanar, la loba de Lisa era prácticamente inexistente después de matar a su pareja, por lo que debía fingir que su loba era lo suficientemente fuerte como cualquier Kappa o superior. Pero Las cicatrices se iban sumando en cada error cometido como madre, lo único bueno entre lo malo, es que Roy siempre me hería donde nadie lo pudiera notar en el momento, no deberían quedar cicatrices si tuviera una loba para regenerarla, pero Benjamín se negaba a tener intimidad por lo que ignoraba las marcas en su piel.
El comedor estaba perfectamente decorado, las cabeceras serían ocupadas por Alfa Reynaldo y Beta Benjamín, a la derecha de cada uno se encontrarían sus esposas, a sus izquierdas sus hijos, en el centro de la mesa Omega Margarita entre las esposas, pero él problema surgió cuando Alfa Alejandro notó que en la mesa el Dr. González