Capítulo 121

Los ojos del hombre se centraron en los suyos. La sorpresa no se hizo esperar, es que ni ella misma podía creer cómo había terminado en medio de toda esta situación. Rápidamente, sintió que el aire le faltaba. Su intención había sido apenas tocar la puerta para invitarlo a ver una película, nada más, pero el destino la traicionó.

—¿Verónica?

Se obligó a reaccionar ante su pregunta. Apartó la mirada del cuerpo alto, fuerte, de músculos definidos. Apartó la mirada de ese lugar donde sus ojos se habían fijado, justo donde no debían. Justo donde él no había hecho ni el menor amago de cubrirse.

—¡Lo siento! ¡Lo siento! —balbuceó atropelladamente, cerrando la puerta de un tirón. Dio media vuelta casi a tropezones y salió corriendo hacia el pasillo.

Se alejó de la recámara con su corazón, martillando con fuerza en su pecho. Le resultó inevitable no mirar hacia atrás varias veces, como si de alguna forma temiera que la estuviese siguiendo. Pero estaba claro que Rodrigo no era ese tipo de hom
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