Capítulo 48
La mirada de Miguel se deslizó por la mano del jefe, sin expresión alguna en el rostro.

El jefe, asustado, retiró la mano temeroso.

"¡Qué mirada tan intimidante tiene el señor Soto! ¡Sentí como si me fuera a arrancar la mano!"

En ese preciso momento, la puerta se abrió y una voz femenina y dulce llegó a sus oídos:

—Miguel, ¿cómo es que no me esperaste y subiste solo?

Al escuchar la voz de Jenny, Laura se quedó perpleja, recordando el chisme que Manuela le había contado ayer.

Le había dicho que alguien había comprado Vértice para regalársela a su prometida.

Antes había especulado si Santiago podría ser quien compró Vértice.

Ahora quedaba claro que había sido Miguel quien la adquirió.

Ayer fue el cumpleaños de Jenny, tal vez ese fue su regalo.

En efecto, al instante, Miguel habló con tono sereno:

—Vértice queda bajo tu administración. Tendrás libertad para gestionar y organizar al personal. Si necesitas ayuda, llámame, y para materiales de oficina, comunícate con Mario.

El corazón de Lau
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