Manuela reaccionó de inmediato y empujó instintiva a Laura hacia la oficina —Laura, regresa a la oficina, iré a ver qué está pasando.
Por el tono de las voces, presentía que algo andaba mal y temía que alguien quisiera hacerle daño a Laura.
—¡Mejor llamemos a la policía! —apenas Laura terminó de decir esto, vio una figura abalanzarse como fiera sobre ella— ¡Zorra! ¡Te contraté para mi divorcio y te atreves a seducir a mi marido!
Con estas palabras, todo el bufete estalló en conmoción.
¿Seducir al marido de una clienta?
¿Acaso esto significaba que conspiraba con él para estafar a la clienta?
¡Con razón la mujer estaba tan furiosa!
¡Alguien tan moralmente corrupto no merece ser abogada!
Manuela se interpuso en ese momento frente a Laura.
La mujer se abalanzó hacia ellas y por suerte logró agarrarse del marco de la puerta para no caer.
Sintiendo que la ira le subía por el pecho, Manuela fulminó con la mirada a la mujer histérica y le recriminó —¡Si no tienes pruebas contundentes esto es