‘¿Qué castigo estaré pagando yo para tener la atención de estos gemelos completamente desquiciados?’ me pregunto mentalmente mientras veo como ellos hablan entre sí susurrándose.
— ¿Van a hacer su fiesta de té en la puerta de la habitación de alguien más? — pregunto curiosa.
— En realidad, estábamos discutiendo ciertas cosas…
— Lo bueno de todo esto es que mi padre ha sido secuestrado.
— Y que las manos de Marcela son pequeñas, para nalguear fuerte.
‘¿Cuándo podré coincidir con sus pensamientos? ¿Acaso no pueden pensar como los demás?’ me pregunto mentalmente.
— Chicos, ¿realmente escucharon lo que les dije?
— Sí, lo escuchamos perfectamente, por eso, estamos mirando las ventajas de todo esto.
— Creí que se molestarían porque mencioné a su padre.
— Si quieres ser mi madrastra, podemos hacer un juego de roles y…
— Por Dios, no puedo seguir hablando con ustedes. Así que, mejor vayan a pelear, besarse o lo que deseen, pero, lejos de aquí. — digo con seriedad.
No se molestan p