Lilia.
Después de escuchar sus palabras cerca de mi oído, una ola de calor me invadió. Mis manos se aferraron a la sábana de la cama, suplicante.
No quería que se detuviera.
Ese hormigueo intenso predominaba en mi cuerpo y no cesaba. Era como si su miembro estuviera jugueteando en el punto exacto dentro de mí..
—S-Sigue, por favor…
—No me detendré hasta acabar con esto, Lilia —dictaminó, decidido.
No podía ver su rostro, pero me bastaba con oír su voz ronca y gruñona. Él no dejaba de moverse, y sus manos se deslizaron por toda mi espalda hasta rodearla y encontrar mis dos pezones.
Definitivamente, era un placer indescriptible.
Chris activó distintos botones al mismo tiempo que me hacían gritar por lo bien que se sentía. Su miembro estaba duro y palpitaba en mi interior, me decía que era suya.
—¡Qué rica estás! —jadeó, aumentando mucho más la velocidad.
Me quedé con la boca abierta y algo de baba salió de ella, no pude evitarlo. ¿Qué clase de cables tenía mi cuerpo para activ