En lo que debía ser una casual cena de una pareja de amigos, Lucy volvió a tomar la palabra.
—El otro día me encontré con Rafael, volvió al país. Estaba muy entusiasmado por saber de ti, Libi.
—¿Quién es Rafael? —Irum parecía muy interesado por saberlo y Lucy por contárselo.
—Estudió en la facultad con nosotras y egresó el año pasado. Libi y él eran muy cercanos, pensé que acabarían siendo novios.
Irum siguió comiendo como si nada, mientras Libi no sabía dónde meterse y mentalmente le decía a Lucy que se callara. K le decía lo mismo, pero era inmune a la telepatía del sentido común.
—Éramos amigos, nada más —explicó Libi mirando a Irum, atenta a su reacción. Podría decirse que temerosa de ella.
—Le dije que un día de estos saldríamos los tres a comer. ¿Te nos unes? —preguntó Lucy.
Libi miró una vez más a Irum, como si la pregunta se la hubieran hecho a él o necesitara su permiso.
Irum seguía comiendo.
—No creo que sea buena idea —dijo finalmente Libi.
—¿Por qué no? —cuestionó Irum—