Rudeza
Narrador
Mia se hallaba en el vestíbulo de aquella nueva casona, nunca antes había ido a ese lugar, cada minuto que pasaba allí sentía que iba a arrepentirse de esa decisión.
En su cabeza tenía un sinfín de preguntas que no se resolvían. No tenía más alternativa que pedirle clemencia a él. Ahora que Daemon estaba fuera del juego y también Claire, no le quedaban opciones para huir. Cuando el matón de Claire la persiguió supo que no estaría a salvo por su cuenta.
Lo necesitaba, maldita sea, cuanto lo necesitaba y lo odiaba por eso.
Lo vio llegar por las escaleras principales, que llevaban una alfombra roja que las decoraba.
—Hola Sophie. —saludó él, con los ojos entrecerrados, con un desdén que le dolió en lo profundo del alma.
“Has vuelto a ser Sophie, la triste sumisa que se arrastra por un poco de afecto de su amo.”
Se dijo a sí misma. Mia era su nombre verdadero, pero Sophie, era el que escogió cuando llegó a la mansión de Daemon.
—Vienes a pedirme piedad. —Collin sonrió, co